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– El amor es como una droga.
– Lo que nosotros llamamos amor, tan solo es una relación de miedo que se fundamenta en el control.
– Lo que hay es una guerra de control para ver quien manipula a quien.
– ¿Quién será el subministrador? ¿Quién tendrá la adición?
– El que suministra, tiene el control de la relación.
– El adicto, hará todo lo posible para obtener una dosis diaria de amor.
– El amor si existe, pero no es como el mundo piensa.
– Si tomas tu felicidad y la pones en manos de alguien, tarde o temprano romperá.
– La felicidad se puede compartir, se puede dar, pero nunca hagas que tu felicidad dependa de la otra persona.
– Nunca responsabilice a otra persona de nuestra propia felicidad.

Toda tu vida no es más que un sueño.
Todo lo que sabes sobre ti mismo, solo es verdad para ti.
Tu verdad no es la verdad de nadie más, y eso incluye a tus propios padres.
Hay que respetar el sueño de cada uno.
Hay que aceptar las diferencias que existen entre 2 soñadores.
Existen 2 caminos:
Camino del amor: Nos gusta hacerlo.
Camino del miedo: Obligación.
El miedo está lleno de expectativas.
Esperamos algo, y si no tiene lugar, nos sentimos heridos: (“NO ES JUSTO”).
Culpamos a los demás por no satisfacer nuestras expectativas.
Cuando hacemos algo es porque queremos y si los demás lo hacen o no, es porque quieren o no quieren.

Estamos hambrientos de amor, y cuando probamos una pequeña
cantidad del que alguien nos ofrece, sentimos una gran necesidad.
Nos convertimos en personas necesitadas y obsesionadas con ese
amor.
No eres capaz de vivir si ella, porque necesitas su dosis de amor.
Cuando iniciamos una relación, nos volvemos egoístas porque nos
sentimos necesitados.
El miedo al rechazo nos asusta.
El rechazo de uno mismo, es el principal problema.
Tiene que concentrarte en la relación que tienes contigo mismo.

– El amor es siempre amable. El miedo es siempre rudo.
– Con el miedo nos llenamos de obligaciones, de expectativas,
perdemos el respeto, evitamos la responsabilidad y sentimos lástima.
– ¿Cómo podemos sentirnos bien cuando el miedo nos hace sufrir
tanto?.
– Nos sentimos víctimas por todo, enfadados o tristes, celosos o
traicionados.